Es que tiene los ojos tan enormes como la luna entera, que cuando duerme provoca un ventarrón de aquellos que dan miedo con sólo escucharlos. Le da pavor incluso parpadear porque entonces sabe que puede provocar un huracán estando cerca del mar, pero su alergia a la arena no le permite dejar de hacerlo; entonces coloca un par de varas largas para sostener sus débiles párpados, además de que ha construido un par de lentes protectores, uno para el día y el otro para la noche.
Los de noche en color azul para darle esa sensación de infinito, y poder viajar con las estrellas tan lejos como le permitan sus mismos ojos.
Los de día en color magenta, para que lo localicen y no confundan sus ojos con los de un semáforo andante...eso es lo que piensa, mientras Köfo realiza su trabajo de puente peatonal...para aquellos que aún lo utilizan, porque últimamente sólo funciona eso de la teletransportación.
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